Soy una
mujer de cincuenta y un años. Trabajo en una empresa de servicios postales como
clasificadora y repartidora, tengo un contrato de trabajo por seis meses,
contrato que va desde Diciembre de 2012 y finaliza el treinta de Mayo de 2013 y
me han entregado hace dos días. La empresa hace dos meses ha enviado una carta
a los trabajadores proponiendo una reducción de entre un 10 o 15% del salario,
alegando problemas económicos. Todo esto sin presentar cuentas, únicamente argumentando
que la situación de la empresa no es sostenible y de no aceptar estas medidas, se verían obligados a cerrar.
A su
vez esto coincide con la finalización del contrato de trabajo (en forma de
goteo) de hasta siete trabajadores a los que no se renueva el contrato. En
los mismos días nos enteramos que una
subcontrata (empresa de persona s con discapacidad), reemplazaran a los
trabajadores anteriormente despedidos. Todos hemos sabido por la prensa que
nuestra Ministra de trabajo ha firmado un acuerdo para que estos trabajadores (con
algún tipo de discapacidad) se promocionen.
Tengan facilidades para la incorporación al mundo laboral, saliendo más
baratos, cosa estupenda, pero tal vez en algunos casos, utilizada por algunos
empresarios para que los costes salariales se abaraten, aun sin saber si es
únicamente para sanear empresas o para seguir obteniendo beneficios a costa de los trabajadores aún en los peores
momentos de crisis, o ambas cosas a la vez.
Un
testimonio de tantos, de lo que estamos viviendo en el mundo laboral de las
prácticas que se llevan a cabo y de cómo se aplica la reforma laboral y las
consecuencias que esto tiene para las personas, somos moneda de cambio, para
beneficio de aquellos empresarios, que entienden la empresa únicamente como medio de ganancias y no como beneficio y generador de riqueza
común.