11 marzo 2014 | Por Jose Luis
La Catedral de la Almudena de Madrid
se llenó el 9 de marzo para celebrar el 50 aniversario de la muerte de este primer militante y promotor de la HOAC.
La Eucaristía estuvo presidida por el Cardenal arzobispo de Madrid y presidente
de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, acompañado por
el obispo Emérito de Orihuela-Alicante, Victorio Oliver, el Consiliario General
de la HOAC, Álvar Miralles y un nutrido grupo de sacerdotes, la mayoría
consiliarios de nuestro movimiento. El actual presidente de la HOAC, José
Fernando Almazán dio la bienvenida y recordó a los asistentes en la
monición de entrada los motivos fundamentales para celebrar este aniversario.
El Cardenal tuvo palabras amables
tanto hacia la figura de Guillermo Rovirosa, a quien conoció en sus años de
seminarista, como hacia la organización a la que dedicó toda su energía,
durante la homilía, en la que comentó las lecturas propias del primer domingo
de Cuaresma. Invitó a la HOAC a seguir acercándose a la vida y obra de Rovirosa
y aprovechó para recordar su causa de canonización, abierta precisamente en la
diócesis de Madrid, siendo él mismo el principal impulsor de la causa.
También destacó la trayectoria “a
contracorriente” de este converso en la edad adulta que quedó plenamente
transformado por “su encuentro con Cristo”. Además, animó a todos los
cristianos a combatir el mal desde sus raíces y mostrar que “las situaciones de
injusticia y de explotación sólo se pueden vencer con el amor”.
Acabada la celebración eucarística,
cerca de 600 militantes de la HOAC se trasladaron a las dependencias del
Colegio Sagrado Corazón, donde se sirvió un pequeño almuerzo y donde el
cardenal de Madrid también quiso hacerse presente. Durante la comida los
militantes venidos de las distintas diócesis tuvieron la oportunidad de
encontrarse, en algunos casos después de mucho tiempo, y compartir impresiones
sobre lo que significa este aniversario para la Iglesia y para la HOAC. A
cotinuación, se dio paso a “Una tarde con Rovirosa”, con la proyección de
varios vídeos sobre la labor actual de la HOAC y la trayectoria de Rovirosa,
así como dos pequeñas actuaciones teatrales que ahondaron en los aspectos más
destacados de su vida.
Los asistentes, muchos de los cuales
se habían desplazado desde sus diócesis de origen, tomaron el camino de vuelta
a sus casas, conscientes de haber vivido un momento histórico para la Iglesia y
el Mundo Obrero y haber tenido la oportunidad de conocer mejor a un hombre sin
igual, que hizo de su entrega a Cristo y a los desposeídos de su época el motor
principal de su vida.
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